Plaza Tian'anmen |
Los últimos días en Pekín visitamos parques, plazas, más templos y descubrimos un tentempié muy exquisito: saltamontes.
El Beihai Park (10 Yuanes=1,50€) es un enorme recinto parecido al retiro de Madrid, con su lago y sus barcas, con más templos (que puedes visitar pagando) y jardínes para pasar el domingo. Este parque está al oeste de la ciudad prohibida y le siguen una retahíla de lagos que bajan por su lateral hasta llegar a la entrada donde se encuentra la famosa plaza.
La Plaza de Tian’anmen, otro símbolo de China, una espectacular plaza que está en frente de la entrada a la ciudad prohibida, como he dicho. Destaca su bandera nacional custodiada por cuatro soldados. En el medio de la plaza hay dos pantallas enormes con un vídeo en bucle de lo bonito que es su país y lo patriótico, ya que en Beijing sí se nota este sentimiento con carteles en cada esquina de su amor a su tierra. Más al sur encontramos dos esculturas a la mayor gloria de los soldados caídos en batalla (¿Qué país no las tiene?).
El Templo del cielo está situado al sur de Pekín, es una de esas opciones para ir por la mañana y tirarte tres horas paseando por sus parques, templos y tiendas, ya que el templo del cielo es un conjunto de templos en un enorme parque. Moverte en la capital es lo que tiene, que todo está lejos de todo y decidir ir andando significaría perder el tiempo, ya que el metro solo cuesta 2 Yuanes el viaje, sea la distancia que sea. Tanto este parque como el que se encuentra en el norte el Palacio de Verano son lugares de paz donde la gente jubilada juega a las cartas, practica Tai chi y se llevan sus mochilas para hacer picnic y pasar el día.
El primero era para orar y pedir a los dioses buen tiempo para la cosecha y el segundo tiene una larga historia que se puede consultar en internet. Los dos son patrimonio de la humanidad por la Unesco y es inevitable no tenerlos en la lista de lugares a visitar, pero tras dos semanas en China, viendo reconstrucciones de edificios, templos a los que no puedes acceder, a no ser que pagues, sobreexplotación de los lugares y turismo chino a raudales, mis energías estaban agotadas y me lo tomé más como un paseo por los parques que como visita oficial a estos. Todo hay que decirlo, tienen unos majestuosos edificios.
Cerca del Templo de verano, que está muy lejos del centro (45 minutos en metro), al noroeste de la ciudad, está el Campus de la Universidad que se puede visitar, no sin antes ser registrado por el ejército, y disfrutar del buen ambiente que se respira con un enorme lago y parque que envuelven los edificios de las escuelas. Interesante al menos.
Como colofón a los últimos días, no solo probamos el pato, famoso en Beijing, si no que nos atrevimos a comer saltamontes y alacranes. Los fríen mucho y los echan tantas especias que comes cáscara picante. Nada particular. Creo que es más el prejuicio de ver al bicho con sus patas que cualquier otra cosa. A mí por ejemplo el caracol me da más asco.
*Precios Marzo 2013.
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