lunes, 30 de mayo de 2016

#Si no viajo, leo... Una declaración de intuiciones de Álvaro Neil


Reflexiones de un payaso tras más de once años recorriendo el mundo en bici”. Este es el resumen que hace Álvaro Neil, conocido como biciclown, en la portada de su libro. Si esa reseña no te ha enganchado, no sigas leyendo, no te va a interesar el libro y vas a perder un precioso tiempo de tu vida. De eso precisamente habla Álvaro en su libro.

Desde que hice mi viaje mochilero me han atraído cada vez más, casi como una obsesión, cualquier historia de viajes largos. No hay más que ver la lista de mis lecturas. Me da igual que sean mochileros o no, nómadas a pie, en coche, en moto, a caravana o en bicicleta, como Álvaro, que un buen día, allá en el 2004, empezó a pedalear y lleva así diez años viviendo de un lado a otro y ganándose la vida como clown, es decir, payaso, por eso se hace llamar “biciclown”.

Ha escrito varios libros y realizado varios documentales, pero este último relato no viene a contarnos sus aventuras en algún país de Asia, ni alguna anécdota de su periplo en la bicicleta o si ha pinchado y se ha quedado tirado en el fin del mundo. Su décimo aniversario como nómada ha querido hacer una pausa, un reposo de su larga vida encima de la bicicleta, y nos deja unas reflexiones de la vida. Sin ser pretencioso ni dar lecciones a nadie, nos cuenta, con la experiencia de una persona que ha dormido en multitud de ocasiones mirando a las estrellas, las conclusiones a las que ha llegado a estas alturas de viaje, o de vida, porque su vida es un viaje.

Podría decir que no es un relato de viajes, pero sí lo es, es un viaje al interior del ser humano, un viaje a las entrañas del por qué y, con las experiencias de sus más de diez años de aquí para allá, nos trae este regalo resumido en unas páginas, por cierto, muy bien editadas. Sus seguidores le han querido ayudar y, entre unos y otros, han hecho un libro especial, como la historia que nos cuenta “biciclown”.

Yo pude comprar el libro junto a unos imanes cuando hizo el crowdfunding. Ahora puedes adquirirlo en su web por 15,60 euros.


lunes, 16 de mayo de 2016

Pueblos de Guipúzcoa

Una ruta por pueblos de Guipúzcoa que merecen mucho la pena, no solo por su historia sino porque tienen una cultura y una gastronomía sublime. Siempre hay una excusa para visitarlos.

1. Oñati

Al llegar al pueblo, pregunté a un lugareño un sitio donde comer (este fue el tripadvisor de toda la vida) y el hombre, que tenía ganas de hablar, empezó a darnos consejos sobre qué visitar en los alrededores y nos preguntó si ibamos a ir a visitar el monasterio de Aránzazu. No teníamos ni idea de este sitio. Tras visitarlo, nos quedamos un poco perplejos al verlo.

Santuario de Aránzazu, Oñati, Guipúzcoa.

2. Hondarribia (Fuenterrabía)

Según nos contó la dueña de la casa rural donde nos hospedamos, hay una fiesta popular en la que las peñas (solo de hombres) eligen a una mujer que sale en el desfile con ellos y se encarga de pagarles la comida a todos (a veces les sale por un ojo de la cara la cuenta), pero algunas mujeres pidieron igualdad en las fiestas y se montó la de dios.

Hondarribia, Guipúzcoa.
3. Pasaia

Para mí este pueblo está asociado a la canción de Barricada. El pueblo es una carretera que sigue la orilla del río junto a la montaña. Peculiar al menos.

Pasaia, Guipúzcoa.
4. Zarauz

Menos mal que nos acercamos en pleno mayo y estaba el cielo nublado. Si ya nos costó aparcar en estas fechas, no me quiero imaginar hacerlo en plena temporada alta. La playa es su mayor atractivo, además de que Arguiñano, el pintoresco cocinero televisivo, tiene su restaurante a pie de arena. A la izquierda del horizonte se ve Getaria.

Zarauz, Guipúzcoa.
5. Zumaia

Para la camarera donde nos tomamos unos txacolís era una simple playa, pero los acantilados que tiene Zumaya no son de lo más normal. Las placas arquitectónicas que reúne en un pequeño espacio son espectaculares. No había visto nada similar.

Playa de Zumaia, Guipúzcoa.
6. Loyola

Hablar de Loyola es hablar de su santuario y, sobre todo, de su basílica. Será mi falta de cultura, pero desconocía esta barbaridad. El conjunto arquitectónico y escultural que tiene la basílica es digno de visitar. El pueblo está entre Azpeitia y Azcoitia.

El Santuario de Loyola.







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