sábado, 21 de diciembre de 2013

#050 Turquía. Anatolia central


Pamukkale
Llegué a Denizli con toda mi ropa sucia y sin nadie que me hospedara en la siguiente ciudad, Konya, por lo que mientras esperaba a mi CS tenía que buscar una lavandería y un cibercafe. Paseé por las calles buscando el 'sehir Merkezi' (el centro de la ciudad). No había mucho trafico, ni mucha gente, pero tampoco había turistas. Al ver a unos policías les pregunté por 'tourist information' y se me quedaron a cuadros. ¿Para qué?, me preguntó con un inglés básico. Después de un buen rato con ellos, llegué a la conclusión de que no había ninguna oficina de turismo. Para colmo el cibercafe no cargaba algunas webs porque, como en muchos de ellos, no actualizan ningún programa. Por suerte mi CS, un chaval que había estado de erasmus en Cuenca y apasionado por nuestra cultura, vivía solo y con calefacción!! (Estuve casi una semana metiéndome en la cama muerto de frío), por lo que pude lavar mi ropa y descansar.

Que sí, que sí, que he estado en Pamukkale.

El teatro romano en Hierapolis.
Denizli no es una ciudad turística, si no que es el destino mas cercano para ir a Pamukkale. Una de esas visitas en las que te dices, al final mereció la pena todo esto, porque este lugar es una maravilla. La explicación de este impresionante paisaje es para químicos, ya que es una reacción de las aguas termales que salen por esta zona (para mas detalles, wikipedia). Después de varios días de frío, el cielo estuvo despejado y me hizo un solaco de los que hacen sudar, aun así, al pasar el control de ticket hay que quitarse los zapatos para andar por las rocas solidificadas. El agua que sale esta caliente, pero hay partes en las que no le llegaba este río termal y el suelo estaba helado, por lo que andaba y metía los pies en el agua caliente para no congelarme los pies. Tras pasar los doscientos metros de minúsculos lagos, llegue a la cima donde empezaba la ciıudad romana, Hierapolis, o lo que queda de ella.

Delviches en Konya
Delviches, Konya
Después de hacer una tortilla española para mi amigo (y van ocho de lo que va de viaje), cogí mi macuto y me fui para Konya. El lugar de origen de los delviches de mevlana. Tuve la suerte de que llegue el ultimo día del festival anual de los delviches (aun así se pueden ver gratis cada sábado). Konya es una ciudad universitaria y alardea de ser un lugar de amor y amistad (al menos es lo que dice en los folletos de turismo). Esta vez sí que era una ciudad turística, llena de autobuses que llegaban con gente que iba al festival. Entré con mucha expectación en un edificio circular, especial para este místico ritual. El enorme hall estaba repleto de souvenirs desde cuadros y fotos  de los delviches hasta barbies musulmanes. Había visto esta ceremonia en blogs de viajeros y pensé que me iba a aburrir, para que negarlo. Tiıpos que dan vueltas durante todo el rato, no es que sea para verlo durante mucho tiempo, pero nada mas lejos de la realidad. El ritual con su música hipnotiza y la ceremonia, que duró una hora, se me hizo corta.

A nadie le interesa la foto, es hora de comer.

No solo tuve esta hermosa experiencia, si no que estuve en la casa de un chaval que no tenía nada que ver con mi amigo de Izmir. En Konya son mas conservadores y fui a parar con un chaval que no permitía alcohol en su casa y que cambiaba la tele cada vez que salia una chica ligera de ropa. Era mas tradicional, pero lo suficiente abierto como para alojar a gente de cualquier parte del mundo. Dormí en un colchón en el suelo, rodeado de alfombras y comíamos en el suelo. El servicio era turco, es decir no había taza para sentarse. Como buen turco, desde el desayuno hasta la cena, que era a las seis, era abundante y riquisimo. Las aceitunas son las reinas de Turquía porque están en todo momento, junto con el pan, con el que comen untando todo. El último día fue todo mas intenso porque celebraban la graduación de un amigo, por lo que la casa se llenó de gente. A la hora de comer, nadie perdió el tiempo, se sentaron alrededor de la bandeja y comieron como un grupo de buitres. Si la comida está lista, nadie espera ni respira. Cuando quise brindar por el chico que se había graduado, se me quedaron a cuadros, nadie levantó el vaso y les tuve que explicar la costumbre de brindar, que no tenía que ver con el alcohol, como uno me dijo, 'no bebemos alcohol'. Me entendieron, pero nadie brindó y seguimos comiendo. Terminamos con el çay y unos dulces. Como siempre, no me dejaron recoger. Soy el invitado.
La ciudad de Goreme al fondo.
Capadocia cerca de Goreme.
El viaje desde Konya a Nevşehir era de postal, lagos y cordilleras nevadas, con el sol diciendome adiós, hasta la próxima. Los chicos que me alojaban eran estudiantes, como me indicaron por email, pero tenían coche. Me dijeron que les pagara la gasolina y, Baçir, uno de ellos, me explicó que no acostumbraban a pedir dinero, pero esa temporada sus padres, que plantaban patatas, no habían tenido mucha suerte y las ventas fueron malas. Les pagué quince euros para que me llevaran durante tres días por toda Capadocia. Y menudo acierto. Es la única manera de ver todo en poco tiempo. Hay un montón de rincones y museos al aire libre que recogen lo mejor que he visto en Turquía en todo mi viaje. Desde Urgull, Goreme, Zelve, donde hay cuevas en el fondo de la tierra y pueblos enteros que vivieron en los montes. Todo escavando la tierra. No les faltaba de nada, desde iglesias hasta refugios para los animales. Un paisaje que a los chicos de provincia nos queda con la boca abierta.
Para que se sepa donde estaba.
Paisaje en el pueblo donde me hospedaba.

Chico de provincias, pero no de pueblo, por lo que para mi, la casa de uno de los chicos, donde iba a dormir, fue como ir a ver a los abuelos. Una villa sin carreteras asfaltadas, vecinos que se conocen y la casa de este chico en el que solo viviamos en una habitación con estufa, por lo que dejar las botas fuera te hacia tener al día siguiente los pies congelados, y, por supuesto, una ducha con dos cubos, uno de agua caliente y otro de frío. Pero la madera ardía con ganas y no pase frío por la noche. Como buen pueblo, cuando ponían la bandeja en el suelo para comer, algún amigo se apuntaba al festín (De nuevo, era el invitado y no me dejaban ayudarles). Pero estos chicos eran mas abiertos y el ultimo día me insistieron que bebiéramos cerveza juntos, y como eran mis últimos días en Turquía, no me negué.

Habitación para dormir y comer.
Un vecino del pueblo diciendo 'Hello'.

Ankara, la capital de Turquía, fue un paso rápido para coger el avión a Estambul y, desde allí, partir hacia Kadtmandu, donde iba a pasar las navidades.




martes, 17 de diciembre de 2013

#049 Turquía. El mar Egeo: de Troya a Ephesus.

Pescadores en Çanakkale
Dejé atrás un gran fin de semana con mis amigos, esos con los que empecé a viajar hace mas de diez años y me metieron el gusanillo de conocer ciudades, países y nuevas culturas. Lleno de energía llegué a Çanakkale, conocida por estar al lado de la legendaria Troya. Tuve la suerte de que mi CS estudiaba turismo y me explicó que, al margen de esta leyenda, la ciudad esta geográficamente en la entrada al mar Marmara y, por consiguiente, a Estambul. Visitamos primero los alrededores de la fortaleza, que ahora es un museo, en la parte asiática y después cogimos un ferry para ir a la península que pertenece a Europa y donde hay otra fortaleza. De este modo, con dos fortalezas una en frente de la otra se defendieron en la edad media de los barcos que querian entrar por aquí, pero también les sirvió de defensa durante la primera guerra mundial.
El caballo de la pelicula 'Troya'.

Las temperaturas empiezan a bajar y parece que el gas es caro en Turquía porque mi CS no encendía la calefacción, por lo que tuve que dormir acurrucado bajo dos mantas. Por suerte tiene la buena costumbre de llevarse comida casera de su madre y nos hinchamos a comer. Yo le correspondí cocinando una tortilla española (y creo que van seis de lo que va de viaje). El chico había estado en Málaga y le gustaba el flamenco, tanto es así que tenía un cassette de un grupo de los setenta que yo desconocía y un Lp de ¡¡Maria del monte!!
En el teatro romano de Ephesus
La biblioteca de Ephesus con un lector especial

En Izmir me alojé para luego hacer una visita interesante: Ephesus, que está cerca de una pequeña localidad llamada Seçun. Toda esta zona fue base romana e incluso llegó vivir durante sus últimos días la "Virgen María", una casa que ahora es museo y destino de peregrinación. La única manera de ver todo es alquilando un coche, algo que mi presupuesto impedía por lo que elegí dar una vuelta por las ruinas romanas de Ephesus. Lo mas curioso de esta antigua ciudad era que tenia puerto marítimo, pero hoy día se encuentra a mas de cien kilómetros del mar.
La torre del reloj, Izmir
¿He dicho ya que hace frío? En Izmir seguía sin calefacción en la casa de mi CS, pero, y quizás por eso, me pasé los días en los bares con ellos y sus amigos. Hablamos mucho y, sobre todo, de política. Me sorprende descubrir a la gente de esta zona con una mentalidad tan abierta e, incluso, ver unas ciudades tan modernas. Si no fuera por las mezquitas, parece que estuviera en España. Además de hablar, comimos (Aqui no paran de comer) y bebimos (La cerveza Efes parece agua). Uno de esos días, de vuelta a casa, íbamos en un Renault once destartalado. Paramos en la puerta de un restaurante que tenía aparcacoches, yo me asusté porque, como sabéis, los chicos de provincia no estamos acostumbrados a este tipo de servicio, por lo que pensé que nos iban a clavar. Ni mucho menos. Por dos euros me tomé una exquisita sopa y una enorme ensalada que daban gratis, ademas de el çay (te), claro. Con la tripa llena volví a acurrucarme bajo las mantas y soñar con mi siguiente destino.

Renault 11, con uno de estos aprendi a conducir.
Ozan, mi CS en Çanakkale.
Jugando la partida... Kilitbahir

miércoles, 11 de diciembre de 2013

#048 Turquia. Estambul. La ciudad de los gatos.

Topkapı  y Ayasofia, Estambul.

Caminar por Estambul es como hacerlo por el rastro en Madrid, por lo que podríamos decir que la capital de Turquía es un gran rastro, o Bazar, como lo llaman ellos. Además, también tiene la similitud con la villa que hay gatos, pero aquí a los gatos callejeros se les trata mejor que a los vagabundos. Pasear tanto por la parte europea como por la asiática, encuentras en cada esquina una familia felina comiendo sobras de los kebabs, restos de comida de los contenedores o, incluso, la gente les compra comida especial para ellos, por lo que no es difícil ver a algunos como una bola de sebo. La gente les quiere tanto que apenas se asustan con las personas, de hecho, se te acercan para que les acaricies o les rasques. Aquí ser gato es lo mejor del mundo. O no.

Hay mucho competencia gatuna.

Mi primer paseo fue por la parte europea, en concreto en Beyoglu, donde se encuentra la Torre de Galata. Entre comerciantes y restaurantes encontramos un tipo con un puesto callejero vendiendo zumos a una lira, es el precio mas barato, cuando te acercas a zonas mas turísticas, el precio llega hasta cuatro liras. Mismo zumo y misma cantidad. Hay puestos en cada esquina y puedes encontrar desde zumo a lo mas conocido por Turquia: Simit (Los puedes encontrar hasta con Nutella) Llegamos a la calle Tarlabası, un bulevar peatonal lleno de tiendas de ropa, Mcdonals y Starbucks. Por esta calle pasa el tram nostalgiıco porque fue la primera linea y mantiene su estilo clasico. A medio camino vimos furgones de la policía y esto nos recordó donde se celebraron las manifestaciones. Al final de la calle esta la plaza y el parque de Taksim. 
Vendedores callejeros, Estambul.
Venta de especias en un Bazar.

En la otra parte europea, esta el meollo de Estambul, Topkapı, Sofiya y el Gran Bazar, donde puedes encontrar lo mismo que en el resto de bazares, pero mas caro, por algo es el centro neurálgico de la ciudad. Por suerte, o quizás porque voy solo, me estoy integrando muy bien entre los locales, tanto es así que me confundieron con un vendedor, pero tampoco hace falta no parecer turista para que te dejen en paz. Los turcos no son tan pesados como en otros países (véase China). Lo mejor de esta ciudad, mejor dicho, de su cultura es la gastronomıa y es que estoy teniendo problemas para contenerme y no dejar de probar cualquier cosa que vendan por la calle porque si hay algo que supere a mis ansias de viajar son mis ansias de comer. 


Zumito rico.

Gran Bazar, Estambul.

He estado aquí una semana, primero por tramites de visa para el próximo destino y segundo porque me vinieron a visitar mis amigos (de nuevo, visitas!!) El tiempo me ha cundido porque gracias a esto he tenido mucho tiempo para visitar la ciudad y, gracias a estar hospedado en la zona asiática he podido conocer esta  parte menos turística. Mis amigos de CS me llevaron a un idílico parque desde donde se divisaba la ciudad en su esplendor. Desde lo alto pude ver las islas (Adalar) a las que visite al día siguiente. Buyukada, Heybelıada, Burgazada y Kinaliada son las cuatro islas que se llegan en ferry, pero debido a que este no es muy frecuente, solo visite Buyukada, que es la isla mas grande. Tarde mas de una hora para ver una zona de veraneo, con unas casas muy llamativas hechas de madera y blancas, pero solo pude ver eso, casas y gatos. Si Estambul es el paraíso de los gatos, en esta isla parecen los desterrados. La población felina es exagerada.

Al no haber podido resolver mi visado para Iran, he decidido saltar a Nepal y pasar las navidades en Kathmandu, pero antes, seguire mi ruta por Turquia durante diez dias mas.


















martes, 3 de diciembre de 2013

#047 Turquia. Edirne. Primeros dias en tierras turcas.

Edirne.
Cuando iba en el autobús dirección Turquía me sentía como un niño el día antes de la noche de reyes. Salí de Plodiv en un mini bus para mi solo, pero  tras parar en otra ciudad, cambié a otro autobús mas grande. A parte del conductor, había otra persona encargada para dar agua a los pasajeros (excepto a los chicos de provincias) y avisaba al personal donde parábamos para mear o para hacer el visado (todo esto en turco, claro). Tras un par de horas, llegamos a una carretera llena de camiones aparcados en el arcén, por lo que deduje que nos acercábamos a la frontera, pero la primera parada no fue esa, si no una tienda de carretera en el que la gente aprovecho para comprar productos mas baratos (sobre todo alcohol). Pasamos el primer control y, de nuevo, otra parada. Pensé que era para pagar el visado, pero no, justo entre una frontera y otra hay un centro comercial libre de impuestos, como en los aeropuertos, donde la gente aprovecho para comprar tabaco y, de nuevo, alcohol. Ahora si, llegamos ante la policía turca, a todos les sellan el pasaporte sin problemas, menos a mi, ya que soy el único que necesita pagar, así que el chico del autobús me lleva ante la caja para pagar los quince euros y, por primera vez, hablo con este tipo y me pregunta donde voy. Edirne, le contesto. Seguimos la ruta tras pasar la frontera y lo primero que se ve es una mezquita. No me da tiempo a asimilar que estoy en tierras turcas y el autobús para, el chico me dice que me baje, le sigo sin entender nada junto a dos mas. No se que pasa, pero me doy cuenta de que hay un coche parado y nos tenemos que montar con el. Todo es tan informal que cuando cojo mi mochila, el bus se va y el coche a punto estuvo de dejarme tirado, en mitad de la nada. (no me hubiera importado hacer autostop, pero ya que había pagado quería que me dejaran en Edirne). Finalmente, me llevan en coche. Nadie hablaba ingles, pero, aun así, no paraban de hablar(me). Les digo que he quedado con una amiga en la mezquita Selimiye y me dejan allí.

Mezquita Selimiye, Edirne.
Entre por un lateral subiendo unas escaleras de piedra, encogido y expulsando vaho por la boca llegue a los pies de la mezquita. Los alrededores tenían un jardín en tierra debido a que estaban metiendo mangueras para el riego. Un enorme chillido de cuervos alborotados me llamaron la atención. Estaban nerviosos, como yo, y se posaban en unos arboles cercanos, mientras otros volaban en masa, podría haber cientos de ellos. Seguí caminando junto a algunas mujeres, que llevaban preparado su pelo cubierto antes de entrar por la puerta principal. El edificio estaba iluminado con grandes focos dándole un tono anaranjado. Observe a una persona quitarse los zapatos antes de entrar a rezar y subí mi mirada hacia lo alto siguiendo la estructura de un minarete y, sin querer, se me abrió la boca de fascinacion. Estaba en frente de la mezquita mas grande de Turquía y mis piernas empezaron a temblar, empecé a recordar que hacia dos meses había empezado mi aventura y pensé, que demonios, hasta los chicos de provincias pueden llegar hasta aquí. Hacia tiempo que no me sentia tan feliz.
El deporte nacional en turquia, los bazares.

Turquia vive en la calle, es de lo que me di cuenta al callejear por Edirne. La gente no para de comprar y vender en cualquier esquina. No hay nada que no puedas encontrar entre sus miles de locales, unos detras de otros, por suerte, si no te paras a mirar algo, no te marean, ni te cogen del brazo. Son bastantes tranquilos sus comerciantes y si les dices que no, te dejan en paz. Quizas, alguno te suelta una palabra en castellano y te echas a reir, quizas intercambias unas palabras, sobre todo, de futbol. Barcelona o Madrid, me preguntan. Soy de pronvincias, les digo. Si el bazar es su deporte nacional, la gastronomia no se queda atras. La chica que me alojo en esta ciudad cocino una enorme cazuela de pasta rellena (Manti), con salsas (de pimientos y yogurt con ajo), pan, te con pastas y cafe. Cafe turco! Nada que ver con lo que habia probado, pero ademas, cuentan que te pueden leer el futuro con los posos del cafe... cual sera el mio? De momento, no parar de comer y probar todo lo que me ofrece Turquia. Enamorado de los Simit que cuestan 1 lira turca (menos de cincuenta centimos).

Couchsurfing en Edirne.


Limpiabotas.
Simit, no paro de comerlos.


viernes, 29 de noviembre de 2013

#046 Comienza mi ruta por Turquía.

Nada mas llegar a Edirne, Turquía.
Emocionado por entrar en tierras turcas, por llevar dos meses viajando y por descubrir nuevos lugares.




#045 Bulgaria. Un destino barato y muy interesante.


Autofoto en Sofia, Bulgaria
Parece que cuanto mas me alejo del centro de Europa mas barato es todo. Llegué a la capital de Sofia con muchas expectativas y no me ha decepcionado. Por primera vez, hice un freetour, que en dos horas nos contaron la historia del país y paseamos por los alrededores de los principales edificios. Es fascinante descubrir el pasado de estos territorios cercanos a Turquía. Todos tienen arquitectura e influencia de los otomanos. Para los que leísteis el relato de Serbia, aquí también se dieron mandanga de la buena. Lo mas interesante de la capital es comprobar que tienen a pocos metros de distancia la iglesia ortodoxa, la católica y la mezquita.

Acampada en frente del parlamento, Sofia, Bulgaria.

Si viajáis por aquí comprobareis que las letras cirílicas están en todos lados, debido a que en Bulgaria crearon el alfabeto (no en Rusia, como yo creía), pero al menos se han portado con los chicos de provincia y tienen sus carteles en inglés. El metro es bastante moderno y tan solo cuesta 1 lev (50 céntimos. nov 2013). Cada día en la capital hay manifestaciones para que el gobierno dimita, aunque la que he visto yo, había mas policías que gente (eso me recuerda a algo...), pero a su vez, los que están a favor del gobierno también se concentran por el centro. En fin, la crisis también aprieta en los balcanes, incluso mas, porque según Emily, mi CS, los sueldos rondan los 300-400 euros y los alquileres de piso mas o menos igual. Los precios es lo que mas llaman la atención en Bulgaria, pero claro, para los que venimos de los países "ricos" europeos, ya que para ellos es complicado cogerse un avión e irse de tapas.

Empapado en Veliko Tarnovo, Bulgaria.
En Sofia pase tres noches, lo que me sirvió para relajarme. Me quedaba la última ciudad en Europa, pero el destino quiso que no fuera así. Mi idea era pasar dos noches en Plovdiv, pero mi CS me dejó tirado la noche antes, por lo que Emily me recomendó ir una noche a otra ciudad: Veliko Tarnovo, y allí que me fui. Al día siguiente, la ciudad amaneció nevada y mi visita a esta encantadora ciudad se vio truncada, aun así, luche contra resbalones y ventiscas y visite la fortaleza entre tinieblas. Un enorme recinto en el que no me dieron información alguna, por lo que entre a tientas, subiendo escaleras, pisando constantemente nieve virgen y azotándome el viento en la cara. Me sentía cual alpinista, pero estaba en tierra firme (resbaladiza, pero firme). Desde luego que en verano se podrá disfrutar mas, pero las vistas desde lo alto con todos los tejados nevadas parecía sacado de un cuento de navidad. En esta ciudad me acogió en el ultimo momento una simpática francesa que hablaba castellano, por lo que estuvimos hablando largo y tendido en su casa refugiados del frío.

Veliko Tarnovo, Bulgaria.
Plovdiv no desmerece tanto como me lo había sugerido Emily. Tiene un casco antiguo empedrado (muy útil para torceduras de tobillo) con mas de cincuenta lugares que visitar. Tal es así, que tienen un 'pasaporte' que te sellan en cada lugar que visitas. De nuevo, hice el 'free tour' en el que no me perdí ningún detalle, entre otras cosas porque era el único turista. Plovdiv esconde bajo sus suelos una cantidad enorme de restos románicos, desde un circo donde hacían las famosas carreras de carros hasta teatros, y todo eso porque fue capital del imperio romano en esta zona.
Teatro romano en Plovdiv
Casco viejo en Plovdiv.

Después de haber estado viajando durante dos meses y alojado en casas de couchsurfıng, en Plovdiv pase la noche en mi primer hostal. A pesar de ello, mi presupuesto ha ido mejor de lo que esperaba y mis ánimos siguen con energía para enfrentarme a mi nueva ruta por Turquía. Ciao Europa.





jueves, 28 de noviembre de 2013

#044 Serbia y los serbianos.


Bienvenida a Serbia.
Los chicos de provincia no estamos acostumbrados a hablar con la autoridad, por lo que cruzar la frontera serbia andando fue todo un reto. No sabia muy bien qué hacer, solo veía coches y un autobús parado, así que busqué a un tipo uniformado y le di mi pasaporte. "¿Vienes en autobús?", me soltó, "No, en autostop", le contesté. Me chequeó la documentación y sonrió al ver que era de España. Me preguntó donde iba y al devolverme el pasaporte me indicó con espavientos la dirección de Serbia. Tuve que andar un kilómetro hasta el siguiente puesto, el control serbio, donde de nuevo sonrieron al ver mi nacionalidad y, por fin, obtuve mi primer sello del viaje. Un poco lejos de allí habia una gasolinera donde me recogió un Albanés.

El tipo llevaba su coche y un frigorífico en la parte de atrás de regalo para su hermano. Llevaba conduciendo bastantes horas desde Alemania, donde trabajaba, y queria llegar ese mismo dia a Kosovo para dar la sorpresa a su familia, que no sabía nada. Estaba tan exaltado que queria llevarme con él, pero le dije que no estaba en mis planes, ya que mi idea era visitar Serbia que me pillaba de camino a Turquía. Me pagó siete euros por hacer una llamada a Alemania, me invitó a un café y me ofreció un platáno para el camino. Como no le venia bien, me tuvo que dejar a las afueras de Novi sad, mi primera ciudad Serbia.
Mercadillo en Novıd Sad

Lo de Mochilero viene porque ando, ando y ando con los diez kilos a la espalda de paquete. La primera vez que llego a una ciudad me siento desubicado, pero esta vez tuve suerte al encontrar un hotel de camino y el chico de recepción me dio un mapa, me cambió dinero (A partir de este pais, solo usaré euros para cambiarlos por moneda local) y pude coger un bus hasta el centro de la ciudad. Mi CS era de Valencia, un futuro doctor (que me dio viıtamiınas para el camino), que trabaja en verano en Francia de camarero para pagarse su carrera y tan solo tiene veintitres años. 

La ciudad no me pareció nada del otro mundo. Grande, con mucho tráfico y una fortaleza que solo tiene los muros y vistas de la ciudad. Desde alli, tambien se puede observar los restos de un puente que durante la guerra destrozaron. Mi visita fue rápida y mi siguiente parada fue Belgrado, la capital.

Novıd Sad, Serbia
Resumir una capital en cuatro líneas es para darme de hostias, pero es que no puedo contar mucho de esta ciudad. En lineas generales tambien me decepciono, lo unico que saque de provecho fue la conversacion con Iris, mi CS, con la que hable sobre sus recuerdos durante la guerra. Ella me recibio con el tipico chupito serbio "rakia" y hablamos largo y tendido de lo que ella vivio en aquellas nefastas fechas. Me sorprendio saber que Serbia no fue demasiada castigada, si no que ella vivio los dias con cierta tranquilidad porque estaba estudiando en la universidad y no tuvo clases, pero si examenes, por lo que tenia mucho tiempo para estudiar (paradojas de la vida). Tambien me conto que el salario medio es de 300 euros, mas o menos y que el alquiler de un piso ronda el mismo precio, asi que os podeis imaginar como viven. Un detalle que me llamo la atencion es que no pueden celebrar el dia del orgullo gay debido a las contrap


Mezquita en construccion, Belgrado, Serbia.

Nis, la ultima ciudad que visite en Serbia, me quito el mal gusto de boca que me estaba dejando este pais, a pesar de que el autostop en estas tierras fue imposible, como mas tarde contare, Nis es una ciudad con la misma cantidad de poblacion que Valladolid. Tiene cuatro interesantes sitios que visitar en cada punta de la ciudad, literalmente tuve que andar e investigar los lugares porque no habia ningun cartel. Uno de estos lugares es la torre de las calaveras. No os voy a agobiar con historia, pero esta parte me llamo la atencion. Solo recordar que esta ciudad esta en el camino hacia Turquia, asi que aqui se dieron mandanga de la buena. Imaginaros en plena edad medieval, los otomanos (turcos hoy dia) venian a Europa como si hubiesen ganado la Champion league porque tenian un buen ejercito, en cambio los serbios no eran ni la cuarta parte. Estos balcanes, que tienen los huevos como los del caballo de Espartero, dijeron que de alli no se movian y, a pesar de que les dieron pal pelo, se metieron en el almacen donde guardaban la polvora, la hicieron explotar cuando los Otomanos entraron y se suicidaron en un "heroico" momento que todo serbio recuerda. Esta gracia les costo muchas vidas a los Otomanos y, a pesar de conquistar el territorio, decidieron coger las cabezas de los serbios y decorar una torre de cuatro metros.


Nis, Serbia
La ultima noche en Nis dormi en la friolera casa de la familia de mi CS, donde el jardin hacia las veces de servicio, por suerte me sivieron un estupendo desayuno con un chupito de su casero "rakia", pimientos y mermelada. Me fui con la tripa llena a la gasolinera que mi amigo me habia indicado en busca de coche y lo consigui, pero el hombre era mayor y yo no sabia serbio, por lo que me meti sin saber donde me iba a dejar. Mala suerte la mia que me dejo a tan solo diez kilometros de alli!! En mitad de la carretera y tras cuatro horas, se puso a llover. No sabia donde estaba, intui que cerca de Nis, por lo cruce la carretera, salte la valla y anduve hasta una gasolinera. Tampoco sabian ingles, asi que lo unico que saque en claro es que tenia que irme a Nis. Saque el dedo a relucir cuando se acerco el primer coche y paro (!) El buen hombre me dejo en la estacion de autobus y me fui a Bulgaria.

Torre de calaveras (se ve claro) Nıs, Serbia


Coches modernos en Serbia.


Entradas populares