El templo de los monos |
Después de casi veinte horas en aeropuertos y que un viejo pakistani me intentara convencer de que me hiciera musulman (con el argumento mi religion tiene la razon y punto), llegué a la capital nepalí a las ocho de la tarde. El proceso de la visa te muestra un resumen del tipo de país al que has llegado; una sala vieja y señores detrás de un escritorio sin ordenador (todo papeleo), es como aparecer en la España de los años sesenta, por lo que me sentí como Paco M. Soria. Rellené un formulario, pagué 40$ por un mes de visa y me pusieron la pegatina en el pasaporte. Era de noche y los taxistas se relamían al ver a los turistas. 400R era el precio que me dijeron que había que pagar para llegar al centro y me costó conseguirlo. Si hubiese ido con mas gente, hubiera compartido gastos (pega de ir solo).
Kadmandu, Nepal. |
Pasé una noche en Kadmandú porque al día siguiente iba a Pokhara a pasar las navidades con Mada, Marc y Virginia. Llegar de noche a esta ciudad por primera vez me dejó un poco en shock. Calles sin asfaltar, miles de baches y socabones, sin aceras, vacas y perros husmeando en las basuras que estan esparcidas en cada esquina (es dificil encontrar un contenedor). Llegue al centro neurálgico de la ciudad: Thamel y estaba a oscuras (En Nepal se corta la electricidad cada dos por tres), por lo que mi lado de mochilero de pronvincias lo vivi en estado puro. Era tarde, por lo que entré en un hostal que reconocí de haber leído en blogs. Marco polo. Todavía no estaba acostumbrado a regatear, por lo que cogí la habitación (500R) y compré el billete para Pokhara (700R). Me eché a dormir con una sensacion un tanto de acojono.
Al día siguiente estaba mas animado. Pokhara estaba en mi mente desde que escuché a los Héroes del silencio hablar sobre su lago allá por los noventa y mi sueño se iba a cumplir. Durante el trayecto hablé con un estudiante nepalí de medicina. Me comentó que su carrera, la mas cara, costaba ocho mil euros (sus padres, sin duda, eran ricos). Pasé tres días en Pokhara, una ciudad grande, con una enorme calle para turistas que, alejándonos de ella, descubrimos la verdadera cara de sus habitantes. A pesar de ver familias y niños viviendo con poco, no les faltaba una sonrisa y ganas de compartir el fuego que habían preparado en la calle para calentarse. Namasté y una sonrisa.
Viajamos a Dumre en bus local, con un conductor un poco loco para visitar Bandipur. Un pueblo en lo alto de una colina rodedo de unas vistas impresionantes, unas calles encantadoras, muy acogedor y siempre encontrando una sonrisa en sus habitantes. Increibles la sensacion de tranquilidad de este sitio. Tras una noche alli, Virginia y yo nos fuimos a Kadmandú. Esta vez, para descubrir la verdadera cara de la capital nepali. Thamel es un barrio para los turistas, llenos de bares, tiendas y todo tipo de necesidades para los occidentales, pero si sales a una calle cercana encuentras locales para comer por poco (Hacen un pan de muerte). La ciudad tiene unos cuantos sitios para visitar, como Patan y el famoso templo de los monos, que nosotros visitamos por la tarde para no pagar. Es curioso que los turistas tengamos que pagar por pasar a una plaza que esta llena de mierda, como el resto de la ciudad, en fin, cosas que pasan. En Patan, un barrio al sur de la capital, evite pasar por caja dando rodeos para ir a ver su famosa Durbar square y descubrimos que el propio barrio escondia rincones mas interesantes que la propia plaza llena de turistas. De hecho alli estuvimos haciendo fotos hasta que un tipo me dijo que tenia pagar y le dije que no, que ya me iba. (Todo por ahorrar un par de euros).
Durbar Square donde me echaron por no pagar. |
Jugue con este chaval al criquet y demostre lo malo que soy. |
En Kadmandu pasamos la nochevieja los cuatro y al dia siguiente me iba con Marc y Mada a un curso de meditacion de vipassana. Una experiencia que explicare con detalle en la proxima entrada. Una experiencia que me ha hecho recapacitar mucho.
Amigos, os deseo un feliz 2014!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario